Descripción
Alquería de los Lentos: sabores auténticos, descanso y tradición en el Valle de Lecrín. En el sur de Granada, donde los naranjos tiñen el aire con su perfume y las montañas de Sierra Nevada enmarcan el horizonte, la Alquería de los Lentos ofrece una experiencia que combina historia, hospitalidad y cultura. Este antiguo molino de aceite, restaurado con cariño y respeto por la arquitectura tradicional, se ha transformado en un lugar donde la gastronomía, el alojamiento y la artesanía se entrelazan con el ritmo tranquilo del valle. El restaurante es la esencia viva de la Alquería. En sus mesas, los sabores del territorio cobran protagonismo a través de productos de kilómetro cero y recetas que respetan la tradición andaluza. Los comensales pueden disfrutar de la carne pajuna, raza autóctona de Sierra Nevada conocida por su textura firme y su sabor profundo; del cordero de San Pascual, tierno y aromático, criado en pastos locales; y de los quesos de los Teatinos, intensos y cremosos, que concentran la esencia del valle en cada bocado. Todo ello acompañado por aceites de oliva, frutas recién recolectadas y panes artesanos que llenan el comedor de aromas irresistibles. A esta experiencia se suma un maridaje único: la cerveza artesanal Lento Lento, elaborada en la propia Alquería. Fresca, equilibrada y con un carácter marcado por el agua pura de Sierra Nevada, esta cerveza se ha convertido en un sello de identidad. Cada sorbo refleja la filosofía del lugar: disfrutar sin prisas, saborear cada instante y vivir en armonía con el entorno. El compromiso con la sostenibilidad atraviesa toda la propuesta. Apostar por proveedores cercanos no solo garantiza calidad y frescura, sino que también impulsa la economía del valle, reduce la huella de carbono y protege las tradiciones agrícolas y ganaderas. En cada plato y en cada detalle, el visitante encuentra una invitación a viajar con responsabilidad, contribuyendo al equilibrio entre turismo y naturaleza. El hotel, integrado en el mismo conjunto, prolonga esta experiencia en el terreno del descanso. Sus habitaciones, con detalles rústicos y confort contemporáneo, invitan a relajarse y dejarse llevar por el ritmo sereno del campo. Al abrir las ventanas, la brisa trae consigo el aroma de los cítricos, mientras que en los jardines y la piscina rodeada de naranjos el tiempo parece detenerse. Las noches, bajo un cielo estrellado y en un silencio absoluto, completan la sensación de haber encontrado un refugio único. La Alquería de los Lentos no es solo gastronomía y descanso: también es cultura y comunidad. Cada primer sábado del mes, sus patios y jardines se llenan de vida con los mercadillos artesanales. Artesanos, agricultores y creadores locales exponen cerámicas, tejidos, joyas, productos ecológicos y dulces tradicionales. Pasear entre los puestos es una experiencia sensorial en sí misma: los colores vibrantes de las piezas, el olor a pan recién horneado, el sonido de la música en directo y las conversaciones con los artesanos convierten cada mercadillo en una fiesta de la identidad del Valle de Lecrín. Visitar la Alquería de los Lentos es mucho más que reservar una mesa o una habitación. Es sumergirse en un espacio donde la tradición dialoga con la modernidad, donde cada plato cuenta una historia, cada rincón guarda memoria y cada experiencia invita a reconectar con los sentidos. Es descubrir una Andalucía auténtica, sostenible y hospitalaria, en la que la vida se disfruta, como su cerveza artesanal, lento, muy lento.