Descripción
Le damos la bienvenida a nuestras dos cabañas, situadas pintorescamente entre crestas montañosas, rodeadas de extensos prados y campos. Las cabañas, construidas en madera oscura con aroma a bosque, se funden con el apacible paisaje. Sus ventanas dan a colinas cubiertas de exuberante vegetación, donde las flores del campo florecen en verano y los árboles se tiñen de cálidos tonos dorados y rojos en otoño. El silencio sólo se ve interrumpido por el canto de los pájaros que recorre los valles y despierta a la naturaleza por la mañana. Al salir el sol, unas delicadas brumas flotan sobre los prados, envolviendo el paisaje en un velo suave y misterioso. Al atardecer, en cambio, se ahogan en la luz dorada del sol poniente, que se oculta lentamente tras las cumbres de las montañas, pintando el cielo de rosa y naranja. El sonido del viento al peinar las hierbas de los campos cercanos es tranquilizador, aporta una sensación de serenidad y cercanía a la naturaleza. El viento roza suavemente los tejados de las cabañas y susurra entre las ramas de los árboles cercanos, llenando el espacio de una sensación de paz ininterrumpida. Este rincón de las montañas Bieszczady, rodeado de silencio y naturaleza, permite encontrar la armonía y el respiro lejos del ajetreo del mundo. La cabaña más pequeña está diseñada para un máximo de 6 personas. Desprende calidez y es acogedora. Sus paredes, hechas de troncos macizos de abeto, huelen a bosque y naturaleza. Los interiores están llenos de luz, y la madera domina todas las habitaciones, dándole un encanto natural. El salón es el corazón de la casa: espacioso, con una cómoda zona de estar y una cabra cuyo fuego crepita en las tardes de invierno. En la cocina encontrará todo lo necesario para preparar sus propias comidas, desde ollas y sartenes, tostadora, hervidor, cafetera, lavavajillas, inducción y horno y frigorífico hasta utensilios de cerámica y alimentos básicos como harina, aceite, azúcar, etc. La casa dispone de tres acogedoras habitaciones, todas ellas dobles. En la casa rural encontrará dos cuartos de baño. El primero ofrece relajación en una bañera grande y cómoda. El segundo está equipado con una ducha. Toda la casa respira tranquilidad y naturaleza - cada detalle, desde las vigas de madera en bruto del techo hasta las pantallas de las lámparas de mimbre y los suaves plaids de lana, complementan el conjunto, convirtiéndolo en el espacio perfecto para relajarse y disfrutar de la paz y la tranquilidad. La cabaña más grande tiene capacidad para ocho personas. En el espacioso salón, el punto central es la gran chimenea de ladrillo, cuyo fuego crepita tranquilamente, iluminando el interior con un cálido resplandor. Junto a la chimenea hay una zona de estar con un cómodo y mullido sofá. Del techo cuelga un delicado columpio de mimbre que, meciéndose suavemente, crea un rincón acogedor para relajarse. La cocina americana, está conectada con la sala de estar y el comedor. En sus armarios encontrarás accesorios de cocina, vajilla de cerámica y alimentos básicos. Está equipada con frigorífico, hervidor, lavavajillas, cafetera, tostadora, inducción y horno. La casa tiene cuatro habitaciones, todas acogedoras y llenas de luz natural. Dos habitaciones tienen camas individuales, las otras dos tienen camas dobles. Hay dos cuartos de baño en la casa. Uno está equipado con una gran bañera, que invita a tomar largos y relajantes baños. El otro cuarto de baño tiene ducha. Todas las habitaciones de la casa están llenas de accesorios naturales: cestas de mimbre, alfombras tejidas y papel pintado decorativo. Las vigas de madera del techo, los garabatos hechos a mano y las suaves telas hacen que el espacio desprenda calidez y confort hogareño.