Descripción
No se puede olvidar el sabor de la sémola de maíz con salsa de frambuesa. Mi abuela Zosia solía servírmela después de un día al aire libre. El sol abrasador, el sonido de una guadaña al ser segada y las nubes de polvo que se levantaban: esas son las imágenes que me vienen a la mente cuando pienso en el tiempo que pasé con mi abuelo Johnny. Todos los veranos le ayudaba con la cosecha y, a día de hoy, sigo sonriendo al recordar todas aquellas vacaciones. La tierra de Jastrzębia era la niña de los ojos de mi abuelo. De niño, observaba con admiración cuánta energía ponía en cultivar la tierra, con qué meticulosidad lo cuidaba todo y cultivaba cada metro. Cuando Jasiek era pequeño, vivía en una casa que estaba situada en el jardín trasero del Campo de Jasiek. Esta hermosa zona que lindaba con un parque ajardinado se convirtió en testigo de la historia familiar: con el tiempo, su abuelo se casó con su abuela Sophie, y su familia creció hasta incluir a cuatro maravillosas hijas: Stasia, Alicja, Gienia y Basia. Con sus nombres he bautizado las cuatro tiendas de la íntima zona de glamping del antiguo campo del abuelo. Jaskowe Pole se teje a partir de los recuerdos de los días despreocupados de la infancia y las vacaciones al sol con vistas a las colinas de Malopolska. Quería encantar la atmósfera de los viejos tiempos en este lugar. Si le apetece pasar las tardes junto al fuego, compartiendo historias y disfrutando de la compañía de los demás, le invito a la tierra de mi infancia.