Descripción
Desconecta de la rutina en este precioso y único alojamiento totalmente reformado en plena Ribeira Sacra. Naturaleza, silencio, luz, arte, servicios, comodidad, cuidados, belleza son algunas de las palabras que evoca esta coqueta casita en el ayuntamiento de Parada de Sil. La mejor opción para disfrutar de la variedad de colores de la primavera, el verdor del verano, los ocres y los frutos del otoño, y las vistas del impresionante cañón en invierno. Preciosa casa del rural gallego restaurada íntegramente en el ayuntamiento de Parada de Sil, en plena Ribeira Sacra. La cocina, integrada en el salón - comedor, es amplia y luminosa. Con todos los elementos necesarios para poder cocinar. El salón - comedor, con su amplia galería, permite disfrutar de las amplias vistas desde el sofá o la mesa de comedor. La galería lateral, construida con cuatro grandes cristales, está diseñada para cumplir varias funciones: ampliar el espacio de ocio, ser un solario en primavera, incorporar el espacio exterior a la casa, disfrutar de la diversidad de colores en otoño, de la dureza de la naturaleza en invierno y de la exuberancia de la vegetación en verano. Y cuando se abren las dos grandes puertas, incorporamos el salón a la terraza de madera. Las dos habitaciones tienen cada una su cuarto de baño, un amplio armario y toallas y sábanas de calidad hotelera. La iluminación también ha sido cuidadosamente diseñada, pensando también en el posible momento de lectura. Está decorada cuidando todos los detalles y favoreciendo una estancia cómoda y agradable, haciendo que los huéspedes se sientan como en casa. Y la aerotermia favorece una temperatura ideal en cualquier época del año. El pequeño jardín con su vieja higuera y las sillas-hamaca con sus cojines favorece la relajación y las largas veladas. El mirador privado, que se encuentra a pocos metros de la casa, permite disfrutar de la naturaleza. A la sombra de robles, castaños, abedules y alguna vid desde donde poder contemplar el río Sil y las primeras paredes del Cañón se puede leer, o tomar cualquier piscolabis mientras se contempla la puesta de sol o la luz del atardecer. Ideal para dos personas, extraordinaria para cuatro huéspedes.