Casa rural Castellón montaña

Un remanso de paz y tranquilidad. Perfecto para desconectar del bullicio de la urbe. Fue perfecto para pasar unos días alejado de todo, entre olivos y bosque. La casita verde tiene todo lo necesario para estar a gusto. Nos encantaría volver en cuanto volvamos.

Todo genial, desconectados de la ciudad , los anfitriones muy atentos, para repetir.

Buena experiencia porque el alojamiento ofrece estar en un espacio de contacto absoluto con la naturaleza. Genial si quieres hacer alguna ruta y, en caso de ir con niños, ver animales (tienen una granja pequeña). El alojamiento tiene lo básico para pasar un fin de semana aunque debes llevar toallas y gel y champú (nosotras no llevamos toallas porque aquí se especificaba que había y no es así). Por otro lado, es mejor contactar con antelación con el propietario ya que, aunque se especifique el check in a una hora, no tienen completa disponibilidad y, sobre las 17:30, ya no hay nadie por allí.

Un paisaje precioso, no hay nada mejor para ir con niños y también sin ellos, todo cuidado al detalle para tener una experiencia inmejorable, muchas actividades en los alrededores para conectar con la naturaleza , la familia que lo lleva no puede ser mas simpática y atenta , te sientes como en casa, para nosotros las vacasiones no han podido ser mejores.

Encantadísima!un lugar maravilloso, cómodo sobretodo para los niños y los dueños sin palabra!muy atentos y familiar, volvería sin duda otra vez! recomiendo el lugar!!!!!!

Encantados con todo lo que vivimos ahí, las personas y sobretodo el lugar

Todo correcto, hemos estado muy a gusto ☺️

Una escapada excepcional.

Unos de los mejores sitios que he estado tranquilo bonito sin duda repetiré otra vez y Belen muy amable

Sitio donde se respira paz y tranquilidad. Vistas espectaculares, una buena biblioteca donde pasar leyendo horas.. los animalitos son lo mas y el desayuno buenísimo.

Pasamos un finde estupendo en Tierra de Arte: Casa del Árbol, en Sant Jordi. Nos encantó la tranquilidad del entorno, sin nada de ruido, ideal para desconectar. La cabaña es acogedora; el baño es pequeño, pero entendible al tratarse de una casa en un árbol. A solo 10 minutos andando está el pueblo, con varios sitios donde comer. Recomendamos especialmente el bar Lo de Sancho: comida casera y todo riquísimo. ¡Volveríamos sin dudar!

Gran estancia en la finca de Emma, es súper agradable y servicial, una maravilla. La finca es preciosa y super tranquila, con piscina natural y todo lo necesario para desconectar.