Casa Rural Oviedo

Un lugar totalmente aislado de todo y rodeado de naturaleza, fue un sueño dormir allí <3

La estancia fabulosa vistas inmejorables y la anfitriona de 10

Lugar idóneo para pasar unos días de desconexión de la cuidad, la casa se sitúa en una aldea perdida en medio de la nada, requieres de coche para moverte. Mi consejo, ir ya con lo que vas a consumir esos días, a pesar de que Proaza a 10-15 min en coche tienes carnicería (la carne tremenda de rica y el cachopo brutal), un coviran y farmacia. La luz se fue casi una mañana entera y el WiFi fallaba cada dos por tres. Marian (persona que apoya en la gestión de las viviendas) fue súper atenta y agradable.

Un pueblo encantador para una escapada situado en la ladera de la montaña con unas vistas inmejorables, la casa es genial con todo tipo de servicios y cómoda y los dueños muy atentos.

Todo excelente, perfecto,La anfitriona Carmen una bellísima persona,muy agradable.Marian que es digamos el ama de llaves,,,que decir de ella una persona simpática,buen trato con nosotros,no le falta detalle alguno y los vecinos encantadores,,,la recomiendo 💯.Volveremos,,,y cuando una persona vuelve,es que ha estado muy agusto.Bueno y el paisaje una maravilla.

Una estancia maravillosa. Todo en la casa estupendo y el pueblito donde se encuentra es un escándalo de precioso que es. Se respira paz y tranquilidad y las vistas de la casa son de lo mejor que he visto nunca. Pero lo mejor de todo han sido las noches en el Clandestino y el trato insuperable de Marian. ¡¡Viva el Clandestino!! Experiencia para repetir sin duda.

Nosotros estuvimos allí dos noches y no salimos casi del hotel ni del pueblo. Probamos los masajes que ofrecen en el hotel relajantes y disfrutamos de las instalaciones y el restaurante. La única pega era que las sillas de las terrazas y el sofá son algo incómodos. La cama también nos resultó incómoda porque no solemos dormir en colchón viscolasticos

Es un sitio idílico, lejos del bullicio donde solo se oye el ruido del río, naturaleza en estado puro. La casa es muy coqueta, perfecta para unos días de desconexión; y más si nieva como nos ha ocurrido a nosotros

Casa muy acogedora con todo lo necesario para desconectar y disfrutar. En cuanto a la ubicación un sitio increíble si vas buscando naturaleza.

Nos encantó este acogedor refugio en un pequeño pueblo tan dulce. Era la ubicación perfecta para disfrutar de la región, y también ir a escalar.

Muy acogedora, la casa muy limpia y con todo lo necesario. La anfitriona Ami, muy atenta y servicial. Repetiremos seguro !!

La gente muy amable, el desayuno no estaba mal. Debería estar mejor señalizado la subida a la casa porque las calles son muy estrechas, y la casa un pelín mejor equipada y aunque fuera una alfombrilla para limpiarte las zapatillas.