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Hoteles en Formentera

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Hoteles en Formentera: calma, Mediterráneo y Naturaleza en estado puro 🌿

Formentera, la más pequeña de las islas Baleares habitadas, es un paraíso de aguas turquesa, playas de arena blanca y alma tranquila. Lejos del turismo masivo, esta isla mediterránea conserva su esencia natural y ofrece una experiencia de desconexión total, perfecta para quienes buscan belleza sin filtros y ritmo lento. Alojarse en hoteles en Formentera es abrir la ventana y ver el mar, desayunar al aire libre con pan payés y sobrasada, recorrer la isla en bici o moto y acabar el día viendo la puesta de sol desde un faro o una cala solitaria.

Ya sea en pareja, en familia o en solitario, los hoteles en Formentera combinan diseño sencillo, respeto por el entorno y ese aire libre y auténtico que lo impregna todo.

¿Por qué deberías visitar Formentera? 7 razones para dejarte llevar

  1. Playas caribeñas sin salir de Europa: Ses Illetes, Migjorn o Caló des Mort, con aguas de postal y arena blanca.
  2. Naturaleza protegida: El Parque Natural de Ses Salines o los fondos marinos de Posidonia, declarados Patrimonio de la Humanidad.
  3. Encanto rústico y local: Mercadillos artesanales, casas blancas, faros solitarios y pueblos como Sant Francesc o Es Caló.
  4. Gastronomía del mar y del campo: Pescado fresco, hortalizas de la isla, vino local y sabores sencillos y auténticos.
  5. Atardeceres mágicos: Desde el Faro de Cap de Barbaria o la playa de Cavall d’en Borràs, cada tarde es un espectáculo natural.
  6. Hoteles integrados en el paisaje: Alojamiento boutique, casas rurales, hoteles con vistas y respeto por el entorno.
  7. Silencio y tranquilidad todo el año: Incluso en verano, Formentera invita a parar, respirar y disfrutar sin prisa.

Descubre la variedad de alojamientos en Formentera

Los hoteles en Formentera te invitan a vivir una experiencia mediterránea en su forma más pura, donde la calma, el mar y el entorno natural se combinan con el diseño sencillo, el confort y el respeto por la isla. Desde alojamientos junto a playas de arena blanca hasta casas rurales rodeadas de Naturaleza, Formentera ofrece opciones para todos los estilos de viaje: desde escapadas románticas hasta retiros de desconexión total.

En pueblos como Sant Francesc, Es Caló o Sant Ferran, encontrarás hoteles con encanto y apartamentos integrados en el paisaje, donde la arquitectura blanca, las terrazas sombreadas y los detalles artesanales crean un ambiente relajado y acogedor. Son lugares ideales para moverse a pie o en bicicleta, visitar mercadillos locales o descubrir calas escondidas a pocos minutos.

Si lo tuyo es despertar con vistas al mar, también hay alojamientos junto a playas como Migjorn o Ses Illetes, con acceso directo a la arena, desayunos al aire libre y puestas de sol inolvidables. Muchos cuentan con jardines, zonas chill-out, cocina mediterránea con producto local y una hospitalidad cercana que refleja el alma tranquila de la isla.

En Formentera, cada hotel es una invitación a parar el ritmo, mirar el horizonte y disfrutar de lo esencial.

Formentera como escapada secreta: mar, calma y esencia balear 🌊

Si sueñas con una escapada de fin de semana donde el Mediterráneo se muestre en su versión más pura, Formentera es esa joya aún poco explorada que lo tiene todo: playas paradisíacas, ritmo lento, buena gastronomía y un entorno natural casi intacto. Lejos del bullicio de Mallorca o Ibiza, esta isla es un refugio para quienes valoran la tranquilidad y lo auténtico.

Aunque no tiene aeropuerto propio, llegar a Formentera es parte del encanto: un ferry corto desde Ibiza te deja en un mundo distinto, donde todo está pensado para moverse con calma. La bici o la moto son las mejores compañeras para descubrir calas escondidas, caminos entre pinos o faros con vistas infinitas.

Aquí no hay grandes ciudades ni masificaciones. Solo pequeños pueblos como Sant Francesc o Es Caló, mercados artesanales, hoteles integrados en la Naturaleza y playas de agua turquesa como Ses Illetes o Cala Saona. Es una isla para caminar descalzo, comer pescado fresco frente al mar o ver la puesta de sol desde un chiringuito con música suave.

Formentera es perfecta para desconectar sin necesidad de planes complicados: basta con dejarse llevar por el ritmo pausado, el olor a salitre y la esencia mediterránea más serena y luminosa.

¿Consejos para la maleta? Ropa ligera, sombrero, bañador, gafas de sol y muchas ganas de respirar hondo. En Formentera, todo invita a volver a lo simple, a lo natural… y a uno mismo.

Conoce Formentera: rincones imprescindibles de la isla más serena del Mediterráneo 🌅

Formentera, la más pequeña de las Islas Baleares habitadas, es un destino único para quienes buscan Naturaleza, calma y playas de ensueño. A diferencia de otras islas más turísticas, aquí todo se mueve a otro ritmo: más lento, más consciente, más en conexión con el entorno. Estos son diez lugares que no puedes dejar de visitar en Formentera:

  • Ses Illetes, una de las playas más espectaculares de Europa, con aguas turquesa y arena blanca que recuerda al Caribe.
  • Es Caló de Sant Agustí, antiguo puerto pesquero con embarcaderos tradicionales y restaurantes frente al mar.
  • El Faro de la Mola, en el extremo oriental de la isla, con vistas infinitas y un entorno que inspiró a Julio Verne.
  • La Playa de Migjorn, extensa, salvaje y perfecta para largos paseos al atardecer entre dunas y pinos.
  • Sant Francesc Xavier, el encantador pueblo principal con plazas tranquilas, tiendas artesanas y una iglesia fortificada.
  • El Faro de Cap de Barbaria, símbolo de la isla y lugar ideal para ver la puesta de sol en silencio absoluto.
  • Estany des Peix, una laguna marina perfecta para deportes náuticos suaves o simplemente flotar sin olas.
  • El Camí de Sa Pujada, antigua ruta empedrada que conecta La Mola con el resto de la isla, llena de vistas espectaculares.
  • El Mercado artesanal de La Mola, donde artistas y artesanos locales muestran sus creaciones entre árboles y música.
  • Cala Saona, pequeña y acogedora, con aguas cristalinas ideales para nadar o hacer snorkel.

Formentera no necesita monumentos grandiosos para sorprender: su magia está en lo natural, lo sencillo y lo genuino. Es un lugar para descubrir con calma, dejando que cada rincón hable por sí solo.

¿Qué valoran los viajeros en los hoteles de Formentera?

Los comentarios de quienes se han alojado en Formentera coinciden en varios aspectos que hacen de esta isla un destino ideal para desconectar del ruido, conectar con la Naturaleza y vivir el Mediterráneo en su versión más pura. En primer lugar, muchos destacan la ubicación privilegiada de los alojamientos: cerca de playas casi vírgenes, caminos rurales o pequeños pueblos con encanto, lo que permite moverse en bici o a pie sin necesidad de coche.

También se valora especialmente el ambiente tranquilo y natural que se respira en la mayoría de los hoteles, incluso en temporada alta. La hospitalidad cercana del personal y su conocimiento de la isla hacen que muchos viajeros recuerden con cariño las recomendaciones sobre calas escondidas, puestos artesanos, o rutas para ver la puesta de sol sin aglomeraciones.

La limpieza, el confort de las habitaciones y los desayunos con producto local son puntos muy bien valorados: fruta de temporada, pan de horno tradicional, queso de la isla o mermeladas caseras forman parte habitual de la experiencia. Muchos alojamientos cuidan además los detalles sostenibles y el diseño basado en materiales naturales.

Los hoteles boutique de Formentera apuestan por una estética mediterránea sencilla pero cuidada, con patios tranquilos, terrazas ajardinadas o zonas chill-out donde leer, descansar o simplemente escuchar el mar. Todo esto convierte a Formentera en un lugar perfecto para dejarse llevar por el ritmo lento y silencioso de la isla, y disfrutar de una estancia serena, auténtica y profundamente reparadora.

Hoteles en Formentera: preguntas frecuentes

Si tu idea es descansar rodeado de silencio y Naturaleza, la zona de Es Caló, Migjorn o los alrededores de La Mola son perfectos. Allí encontrarás hoteles pequeños o casas rurales junto a pinares, caminos de tierra y vistas al mar sin construcciones masivas. Son zonas poco transitadas donde puedes leer bajo una sabina, caminar al atardecer o simplemente disfrutar del ritmo lento de la isla. Muchos alojamientos en estas áreas promueven además un turismo sostenible y respetuoso con el entorno.

Sí. Aunque la isla es pequeña, hay varios hoteles y agroturismos que han apostado por el bienestar integral. Algunos incluyen clases de yoga al aire libre, masajes, menús ecológicos o espacios pensados para la meditación y el descanso profundo. Suelen estar ubicados en entornos tranquilos, rodeados de Naturaleza, con vistas al mar o jardines interiores donde el tiempo parece detenerse. Son ideales para una escapada de reconexión, lejos del estrés y del ruido.

No necesariamente. Una de las grandes ventajas de Formentera es su tamaño: puedes recorrerla fácilmente en bicicleta o scooter, que son las opciones preferidas por quienes quieren moverse con libertad y sin impacto. Muchas playas, caminos rurales y pueblos están conectados por buenas rutas, y hay alojamientos que ofrecen bicis o transporte propio. Si te alojas en una zona bien ubicada como Sant Francesc o Es Pujols, incluso puedes moverte a pie entre tiendas, playas y restaurantes.

Sí. En la isla abundan los alojamientos que respetan la arquitectura típica: paredes blancas, techos planos, muros gruesos y detalles en piedra o madera. Muchos han sido restaurados con buen gusto para conservar su esencia local pero incorporar comodidades modernas. Algunos están escondidos entre campos de higueras o cerca de calas solitarias, y todos comparten una estética sencilla y serena que refleja el espíritu de la isla. La mayoría de ellos también apuestan por el uso de materiales sostenibles y el diseño natural.

Es Pujols es el núcleo con más vida, pero si buscas un ambiente más relajado con buenos restaurantes y alguna tienda, Sant Ferran o Sant Francesc Xavier son excelentes opciones. Allí hay bares con música en directo, terrazas para cenar al aire libre y un ambiente local más tranquilo y auténtico. Puedes disfrutar del espíritu formenterense sin las aglomeraciones que suelen tener otras islas en temporada alta.

Definitivamente. De septiembre a junio, Formentera muestra su cara más silenciosa, natural y auténtica. Los colores del mar cambian, los caminos están casi vacíos y puedes descubrir la isla sin prisas, caminando entre faros, dunas y calas desiertas. Muchos hoteles siguen abiertos y ofrecen precios especiales, y la luz suave del fuera de temporada convierte cada rincón en una postal. Es el momento perfecto para los viajeros que buscan calma, paisajes y una experiencia balear íntima.

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