Descripción
En el corazón del bosque, en la pintoresca Sidzina, se alza una casita de campo donde el tiempo pasa más despacio. los 32 m² de acogedor espacio están envueltos por la calidez de la madera y el olor a resina. Un sofá cama le espera en el salón, y por las escaleras subirá al entresuelo con una mullida cama de matrimonio: el escondite perfecto para las largas y perezosas mañanas. La calefacción le mantendrá cómodo en todas las estaciones, y los grandes ventanales dejan entrar el susurro de los árboles y el canto de los pájaros. Justo al otro lado del umbral comienzan los senderos del Parque Nacional de Babia Góra, que conducen a través de claros de montaña, arroyos y miradores con vistas panorámicas de los Beskids. Se puede hacer senderismo, montar en bicicleta o simplemente sentarse en la terraza con una taza de café y escuchar el silencio. Es un lugar hecho para relajarse, entrar en contacto con la naturaleza y capturar momentos que permanecen en la memoria durante mucho tiempo.