Descripción
Dzielnik: una casa mágica en medio del bosque En medio del bosque. Lejos de miradas indiscretas y ruidos. En simbiosis con la naturaleza que la rodea. Así es Dzielnik, la casa de ensueño de Monika y Maciek. Es un lugar como salido de un cuento de hadas, y se encuentra a sólo 70 km de Varsovia. Maciek es arquitecto. Por eso, cuando vio esta casa de madera de los años 60, vio inmediatamente su enorme potencial y se enamoró de ella desde el principio. Su amor se contagió a Monika, que junto con él creó la visión de Dzielnik. Nada en la casa es casual, cada elemento se integra armoniosamente en su entorno. Maciek abordó la casa con gran respeto. Durante la renovación, se aseguró de conservar la mayor parte posible de la estructura original del edificio. Por otro lado, se tomó la libertad de reordenar las ventanas para poder apreciar la belleza del entorno desde cualquier punto de la casa. El cambio más visible es la sustitución de uno de los muros de ladrillo por un enorme acristalamiento. Esto no sólo permitió que entrara más luz en la casa, sino que, sobre todo, creó una ventana casi mágica a la naturaleza que les rodea. Ahora pueden asomarse a ella a cualquier hora del día o de la noche sin invadirla violentamente ni molestar a los animales que viven al lado. La casa era originalmente de madera, y sigue siéndolo, pero revisada y modernizada. La fachada es de madera envejecida y flameada. De este modo, no llama la atención entre los árboles, sino que se integra con naturalidad en el entorno y sirve de telón de fondo a la vida forestal circundante. También se creó una terraza junto a la casa. Su forma irregular es consecuencia del terreno, y los materiales utilizados para crearla son piedra natural y madera. Situada en una ladera baja, la casa parece parte integrante del bosque, gracias a los esfuerzos de Monika y Maciek. Sin embargo, Dzielnik no es sólo un lugar para los propietarios, sino también para sus amigos y familiares. La idea de Monica y Maciek al crear este lugar era precisamente compartir El interior es coherente con el conjunto de la casa y el bosque y, al mismo tiempo, es muy funcional y cómodo para más huéspedes. También era prioritario mantener el carácter tranquilo del lugar y hacer que todo el que lo visite se sienta cómodo. Para los acabados se utilizaron principalmente materiales naturales: madera, mimbre y piedra. Se creó un gran espacio común, compuesto por la cocina, el comedor y el salón. Una gran mesa de madera anima a los huéspedes a compartir las comidas, mientras que el cómodo y acogedor salón garantiza una auténtica relajación en cualquier época del año. El espacio está dominado por colores claros y naturales: blanco, beige y marrón. Los añadidos en forma de escalera negra o vigas en el techo aportan carácter al lugar. Todo ello se complementa a la perfección con la vegetación que recorre casi todas las habitaciones, una referencia natural al bosque que rodea la casa. Además del espacio común, la casa cuenta con habitaciones acogedoras y compactas, que pueden alojar cómodamente hasta 10 personas. El separador es un sueño hecho realidad. Pero también una preocupación: por las personas, su bienestar y la verdadera relajación en la naturaleza. Se ha creado para que las personas puedan acercarse a la naturaleza, pero también para que sus habitantes se sientan como en casa.