Descripción
Aquí se encontrará en un pintoresco rincón de Kashubia, donde tres lagos rodean un tranquilo pueblo. Las ventanas de las habitaciones dan a uno de los lagos y al estanque, vestigio de una antigua granja. Los pescadores pueden preparar con confianza sus cañas de pescar mientras el agua tienta con su abundancia piscícola. En los jardines de los vecinos de los alrededores aún pueden verse vestigios de los antiguos estanques de la granja, que recuerdan la historia del lugar. Nuestra parcela, con su inusual forma que recuerda a la pajarita de un hombre, es lo suficientemente grande como para contar con un sólido paseo de un extremo a otro. En su extremo, aguarda una recompensa: el lago Skoszewskie, aún más sinuoso y extenso que nuestra parcela. Allí encontrará un embarcadero, perfecto para la lectura perezosa de un libro en una tumbona, un barco para cruceros tranquilos por el lago e incluso una barca a pedales para los entusiastas más activos. Y al final del día, una sauna con vistas al agua, disponible sin restricciones en el precio de su estancia. Silencio y tranquilidad: éstas son las palabras que mejor describen lo que espera a nuestros huéspedes en el lugar que llamamos "En el viejo manzano". El viejo manzano, testigo de la historia de la región, aún recuerda los tiempos en que la frontera polaco-alemana atravesaba el lago que hoy pertenece a nuestro vecino. Hasta el día de hoy, cada parte del lago pertenece a un condado diferente: el típico ambiente casubio. Mientras paseas, puedes encontrarte con corzos, zorros e incluso castores, y en otoño volver del bosque con cestas llenas de setas. El pub del pueblo, uno de los únicos de la zona, ofrece especialidades locales: perca fresca o albóndigas con fresas, servidas, por supuesto, junto al lago. En los alrededores, se puede ir en bicicleta por senderos con nombres encantadores como Café Frío, Estrella Brillante o Gran Manzana. Le garantizamos una cosa: aquí no tomará café frío. En cada una de nuestras dos confortables casas, con capacidad para 7 personas, encontrará tiempo para un café caliente, porque aquí, en Kashubia, nadie conoce la prisa.