Casa rural Jaraiz de la Vera

Genial! Hemos pasado un fin de semana estupendo, la estancia en la yurta muy cómoda y todo cuidado hasta el mínimo de detalle. El personal muy amable y super atento. Sin duda para repetir!

Lugar fantástico para descansar y desconectar. Cuidado con esmero y delicadeza para que te sientas muy a gusto. Las yurtas son preciosas y todo el entorno es fabuloso. Gracias anfitriones por hacer una estancia deliziosa.

Todo estupendo, el sitio espectacular,precioso,tranquilo,si deseas relax y tranquilidad es perfecto con unos anfitriones encantadores,un lugar para volver sin duda alguna.

Los anfitriones muy amables y el sitio increíble ! Muy recomendado ! Volveré sin dudarlo .

Es ideal sobre todo para un fin de semana de descanso y paz. Zona tranquila, comunicación con el anfitrión perfecta e inmediata. Todo perfecto, lo único que si echamos un poco de menos es alguna sombrilla o pérgola en la zona de piscina. Pero aún así merece mucho la pena. Lo recomiendo 100%

Muy recomendable!! Casita ideal para un fin de semana tranquilo en el monte. El anfitrión muy pendiente en todo momento.

Vera Grande da lo que promete, una escapada en la naturaleza para poder desconectar. La cabaña está bien acondicionada, tiene una pequeña piscina y Juan ha sido muy atento durante la estancia. Muy recomendable, especialmente para ver el cielo nocturno si eres aficionado.

Todo perfecto. Una estancia de 10. Recomendadísimo y repetiremos seguro!!!

Todo muy agradable

La estancia ha sido inmejorable. El entorno super tranquilo, y el alojamiento daba una sensación de hogar que te hacía sentir como en casa. Todo estaba hecho con gusto y mimo, tenía todo lo necesario para estar cómodo. A pesar de no necesitar nada, los anfitriones estuvieron muy pendientes de ayudarnos con lo que fuera necesario, y eso también se agradece. Nos encantaría volver en verano para aprovechar la piscina, aunque una estancia invernal es la mejor opción para disfrutar de este alojamiento de ensueño.

Es un espacio espectacular en mitad del campo, donde poder disfrutar de unas vistas preciosas, y de noche, al no haber ni una sola luz, todo el cielo estrellado. María, la dueña, es un encanto, y ha estado pendiente de cada detalle, tanto antes, como durante de la estancia. ¡Volveremos seguro!

fue una experiencia de película, maravilloso todo, y el servicio estupendo, repetiría mil veces