Descripción
Manichatki son cuatro casas situadas en el corazón de la Baja Beskids, rodeadas de montañas, bosques de hayas, entre prados donde pastan despreocupadamente ciervas y ciervos. Paz, tranquilidad y naturaleza al alcance de la mano, y por la noche, en total oscuridad, el cielo estrellado son las principales bazas de este lugar. Los Manichateks ofrecen tres casas para los huéspedes, la cuarta es la cabaña de la casera, que vive en el lugar y se asegura de que a los huéspedes no les falte de nada. La cabaña de Mani es la casa más grande con tres habitaciones, cada habitación tiene su propio cuarto de baño, en la planta baja hay una gran cocina totalmente equipada, un comedor y un invernadero acristalado que sirve de zona de relajación. El comedor y el invernadero están conectados por una chimenea de doble cara. La casa está rodeada por una gran terraza. Hay un máximo de 13 plazas en la Cabaña Mani, un lugar ideal para una familia numerosa o un grupo de amigos. Mani Owl Cottage es una casa de campo para una familia o un grupo más pequeño de hasta 6 personas. La planta baja es un espacio con cocina americana, comedor y zona de estar. También hay un cuarto de baño en la planta baja. El ático es un espacio para dormir, con dos camas dobles y dos individuales. La madriguera es una cabaña íntima excavada en el suelo, con techo de hierba y una pared totalmente acristalada. Es un espacio con cama, sofá, cocina americana y cuarto de baño para un máximo de dos personas. Manichatki se encuentra en Ropy, antaño un pueblo lemko cuyos habitantes fueron completamente desplazados tras la II Guerra Mundial, pero aún quedan antiguos vestigios de lemkos por toda la zona. Los visitantes de este lugar pueden descubrir antiguas khyzha (así llamaban los lemkos a sus casas), iglesias ortodoxas diseminadas por los pueblos de los alrededores, antiguos cementerios o capillas y cruces individuales "cruzadas". En los alrededores de Manichatky hay innumerables senderos y caminos salvajes para practicar senderismo, magníficas zonas para montar en bicicleta y, en invierno, trineos, esquí de fondo y el cada vez más popular paracaidismo. La principal ventaja de la zona es que, al caminar por el Bajo Beskid, es más fácil encontrarse con animales salvajes que con otros turistas.